La adultez tardía es una etapa caracterizada por la acumulación de pérdidas tanto internas como externas.
El duelo tiene etapas que son muy variables según las personas, las secuencias temporales de este proceso también son muy variables, además pueden reactivarse ante otros duelos, nuevas pérdidas, acontecimientos biográficos, incluso reacciones de aniversario.
Algunas de las situaciones más frecuentes de duelo en la edad adulta:
Duelo por la muerte de los padres
Está relacionado con sentimientos de dependencia, ambivalencia, por la existencia o no de una etapa de cuidados
de los padres; por las modificaciones posteriores de la relación con los hermanos
o familiares y el reparto de la herencia. El sentimiento de orfandad y soledad
existe, aunque la pérdida se produzca en cualquier edad.
Duelo por los hijos
El impacto es enorme, aún mayor en las muertes
traumáticas (accidentes, violencia...). Influye en las relaciones con los otros hijos supervivientes y con el cónyuge.
Se producen cambios en la pareja. Puede intensificarse el apoyo mutuo, tornarse
conflictiva e incluso dar lugar a una separación.
El duelo por viudedad.
La muerte del cónyuge interrumpe un proyecto
de vida en común y modifica, necesariamente, de modo mucho más marcado que
en otras pérdidas, la continuidad del curso biográfico.
Esta pérdida, junto a la
de los hijos, es la más difícil de asumir y puede complicarse si el vínculo es
problemático. Las relaciones muy estrechas, de signo positivo, ambivalente en
exceso o simbiótico, pueden originar dificultades para la organización de la vida
independiente del otro cónyuge, aunque el tiempo permite, al menos en parte, la
reorganización en la mayoría de los casos.
Referencia
Medina, E. G., & Pezzi, P. P. (2009). El duelo y las etapas de la vida. Revista de la asociación española de Neuropsiquiatría, 29(104), 455-469.
Comentarios
Publicar un comentario